Tres personas son investigadas por la tenencia y transporte ilegal de fauna silvestre. Cinco especímenes se encontraban en sacos de yute al interior de un vehículo, en el cantón Manta, provincia de Manabí. Fueron rescatados del tráfico de especies.

El operativo de control de vida silvestre fue realizado por la Dirección Zonal 4 del Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (Maate) y la Unidad de Protección del Ambiente (UPMA) de la Policía Nacional.

Entre las especies retenidas se halló un mono cotoncillo rojo (Plecturocebus discolor), mono ardilla (Saimiri cassiquiarensis), loro frente roja (Amazona autumnalis), guacamayo rojo (Ara maca), guacamayo azul-amarillo (Ara ararauna).

Los animales se encuentran en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Están en diversos estados de conservación como: en peligro de extinción, casi amenazada, preocupación menor y vulnerable.

Denuncia en la Fiscalía
La Dirección Zonal del Maate iniciará un proceso administrativo contra los ciudadanos. También presentará la denuncia particular ante la Fiscalía General del Estado para el inicio de la investigación por tráfico de vida silvestre.
En este proceso se identificó a uno de los ciudadanos con antecedentes por el delito del tráfico de vida silvestre. Cuenta con un proceso administrativo aperturado por esta cartera de Estado en el año 2022.

La audiencia de sentencia de este delito se realizará en los próximos días. Será amparada según el artículo 247 del Código Orgánico Integral Penal (COIP). Este sanciona de 1 a 3 años de prisión a las personas que trafican fauna silvestre, entendido como: la extracción, transporte y comercio ilícito de animales vivos, carne u otras partes constitutivas, entre otras.
Yeriel Zambrano, directora zonal 4 del Maate, expresó que “motivamos a la ciudadanía a denunciar estos hechos a través del ECU 911 para proteger la biodiversidad del Ecuador. Continuaremos con el trabajo de control y campañas de sensibilización, a fin de evitar el tráfico ilegal de vida silvestre”.

 

 

 

 

FUENTE: EL COMERCIO