Un brutal ataque con misiles rusos sacudió este lunes la capital ucraniana, Kiev, dejando al menos 20 personas muertas y 50 heridas, según cifras preliminares que podrían aumentar. Entre los objetivos del ataque se encuentra un hospital infantil, lo que ha generado una ola de indignación y condena internacional.

Misiles rusos impactaron en varias zonas de la ciudad, incluyendo un edificio residencial y otras infraestructuras civiles. El ataque más impactante se produjo en el hospital infantil Okhmatdyt, donde un misil causó graves daños y provocó víctimas entre los pacientes y el personal médico.

Imágenes y videos compartidos en redes sociales muestran la magnitud de la destrucción en el hospital, con escenas desgarradoras de personal médico luchando por salvar vidas entre los escombros.

Las autoridades ucranianas han condenado enérgicamente el ataque, calificándolo como un crimen de guerra. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky acusó a Rusia de deliberadamente atacar a civiles y pidió a la comunidad internacional que tome medidas contundentes contra los agresores.

Este nuevo episodio de violencia en Ucrania pone de manifiesto la brutalidad de la guerra y la urgente necesidad de encontrar una solución pacífica al conflicto.