Aucas rompió con la historia y se clasificó por primera vez a una final por el título del fútbol ecuatoriano. Lo hizo al golear al Gualaceo, en el estadio Gonzalo Pozo Ripalda, de Quito, la noche del 23 de octubre del 2022.
El marcador favoreció 3-0 al ‘Ídolo del Pueblo’. Ese resultado clasificó al Aucas a la final.
A los 54′, Pedro Pablo Perlaza realizó un potente remate al ras, desde fuera del área. La pelota se desvió en la pierna de un rival y finalizó en el fondo de la red.
Más adelante, a los 63′, el goleador Francisco Fydriszewski anotó su gol número 15 en el torneo. El ‘Polaco’ es el goleador del campeonato.
El 3-0 lo hizo de cabeza Juan Manuel Tévez a los 90′. El argentino había ingresado unos pocos minutos antes en lugar de Roberto Ordóñez
Los goles fueron festejados con euforia por los jugadores en la cancha y los hinchas en los graderíos. El Gonzalo Pozo fue una gran fiesta la noche del 23 de octubre del 2022.
A la misma hora (18:00) se disputó el partido Delfín vs. Universidad Católica en Manta. Los camarattas también tenían opciones de llegar a la final, pero no dependían de sí mismos.
La fiesta de Aucas inició desde los instantes previos. Los orientales vivían en algarabía y aguardaban por la primera final de su historia. Un empate les bastaba para clasificar.
El banderazo se hizo presente desde que el equipo abandonó su concentración en la avenida República de El Salvador. Paralelamente, un show musical y de artistas puso el ambiente en los exteriores del Gonzalo Pozo Ripalda.
Pese a que se esperaba un lleno total en el estadio, este no se dio. Una bandeja general quedó casi vacía, mientras que resto de localidades no se llenó en su totalidad.
Cuando Aucas salió a la cancha, el sonido ensordecedor de las matracas se tomó Chillogallo. Con globos, canticos y aplausos se recibió al conjunto aurigrana.
—Y dale A, y dale A, y dale Aucas, dale A era el grito de guerra.
Aucas lo quiso ganar desde el principio. El equipo sabía que era, hasta ahora, el cotejo más importante de su historia. Ya clasificó a su primera Copa Libertadores, pero quería ir por todo.
Desde un inicio, Víctor Figueroa cómo volante ofensivo buscó habilitaciones hacia Roberto ‘Tuka’ Ordóñez y Francisco ‘Polaco’ Fydrizewski. Los asedios fueron permanentes, más la defensa visitante se mantenía sólida.
La búsqueda de contragolpes fue la estrategia para Gualaceo. Tras verse sólido en el fondo, el equipo pudo, se animó a salir. Iban 15 minutos de juego y Aucas ni generaba ocasiones claras de peligro y se sentía incómodo. 60 segundos después del primer cuarto de hora, los suspiros y susurros colmaron el escenario deportivo.
El arquero Hernán Galíndez atajó un tiro libre bien direccionado. Simultáneamente, Universidad Católica había marcado en el Atahualpa. Pese a ello, para que los orientales pierdan la chance de llegar a la instancia de definición, debían perder y los camarattas remontar cinco goles de diferencia en la tabla.
Los orientales volvieron a sufrir. Una llegada de Gualaceo desde el costado derecho encontró mal parado a Aucas. La inmejorable oportunidad fue desperdiciada y se fue por encima del travesaño. Tras el fallo, Aucas quiso aprovechar con un saque de puerta vertiginoso.
La jugada terminó en córner. Con la pelota parada, Ricardo Adé conectó un cabezazo que se fue desviado. El equipo expetrolero no conseguía imponer superioridad futbolística y su rival ganaba confianza. Jesús Preciado volvió a inquietar a Galindez, más el remate se fue desviado.
nstantes después, Diego Ávila llegó de nuevo con los visitantes. Galindez se debió esforzar y empezaba a ser figura.
Los nervios inundaban las gradas, sin embargo, hubo más noticias desde el Atahualpa. Un aliciente para la afición llegó cuando Delfín empató a Universidad Católica. La calma luego del huracán volvió a llegar para los presentes cuando Ávila anotó, pero su gol no fue convalidado. El delantero había parado el balón con la mano.
Durante el resto del primer tiempo, el partido se enfrascó en el medio campo. Aucas aprovechó el repliegue de Gualaceo para buscar mayores acciones de peligro, pero no tenía certezas. Faltaba un último pase que encuentre bien posicionado a un jugador. En la recta final el panorama se puso favorable para el ‘Ídolo del Pueblo’.
Tras una falta y un reclamo al árbitro, Carlos Orbe expulsó a Jorge Góngora en la visita. Los siguientes 45 minutos eran esperanzadores y Aucas tenía más de un pie en la final.
Con la ventaja numérica en el campo, Aucas se lanzó en búsqueda del triunfo definitivo. La afición anhelaba gritar un gol que no se les había permitido en 77 años de vida institucional.
La tónica de ataque fue la misma que en los primeros minutos del compromiso. Gualaceo quería guardar el resultado y metió a sus diez jugadores en el fondo.
Más allá de las situaciones que envuelvan al desarrollo de un compromiso, es más difícil salir a obtener un empate y que este se concrete, que salir a buscar una victoria. Los visitantes lo demostraron.
El conjunto azuayo invitó a atacar y cedió campo y pelota a los locales. A su vez, Delfín había remontado ante Católica.
Los embates dieron resultado y, al minuto 56, Aucas puso su primera conquista. Pedro Pablo Perlaza sacó un remate dentro del área que impactó en un defensor y venció al arquero.
La emoción y efervescencia consumían a la afición. Abrazos, gritos y lágrimas de emoción.
Nueve minutos después, un córner le permitió clavar la segunda. El máximo goleador del campeonato clavó un cabezazo que daba la sensación de un partido sentenciado.
Tras el tanto, la ‘Tuka’ Ordóñez fue sustituido y recibió una ovación de toda la tribuna. Un jugador que había sido relegado previo a la llegada del DT César Farías encontró su reivindicación con el venezolano y laFrancisco Fydrizewski afición se lo reconoció.
-Tuka, Tuka, Tuka- sonaba al unísono en el escenario.
El entrenador quería que todos tengan sus minutos y reciban el cariño. Hasta Hernán Galíndez fue sustituido por Damián Frascarelli, habitual titular hasta su llegada.
Un equipo forjado en la resistencia, con descensos, crisis y una sufrida hinchada que nunca lo dejó, conseguía algo que al único de 2022 parecía inalcanzable. Sin los nombres más destacados, descartados de otros clubes y una plantilla limitada demostraba que las rachas se rompen.
Con los 90 minutos cumplidos, el único espacio era para el desborde de la emoción y para otro gol de Juan Manuel Tévez que puso la goleada. Lo habrán soñado y vivido, inclusive, con quiénes después de tanta entrega ya no pudieron estar presentes. Queda un escalón nada más, el gigante ‘Barcelona’ en la final y una oportunidad para escribir en letras doradas: «Aucas, el campeón del pueblo».
Redacción Bendito Fútbol.