Natalia Wray y sus hijas Violeta y Daniela Moreno Wray. En Cayambe, al norte del país, cultivan todas las plantas posibles de flores comestibles. Con ellas producen alimentos saludables y libres de químicos. Patricia Andrango, cosechadora y experta en deshidratación de las flores, describe las parcelas soleadas y llenas de todos los colores. Mientras comparte con la naturaleza y el blanco cono del volcán Cayambe, ella recoge rosas rosadas y botones; pensamientos amarillos, rojos y morados; lavandas bien aromáticas, violetas, clavelines, alelíes, caléndulas, centaureas… Le gusta el aroma de las flores, mariposas, abejas y orugas que aparecen en la recolección, o el canto de los pájaros. Al cuidar de las flores se protege la tierra porque “sembramos sin químicos”.