Al exponer en la Junta Departamental de Paysandú, la edila lvana Benítez hizo referencia a lo que calificó como “Bullying, también llamado epidemia silenciosa”, tema que quedó radicado en la Comisión de Derechos Humanos, Equidad y Género de la corporación. Destacó que según la Organización Mundial de la Salud se entiende por bullying “la intimidación física, psicológica o sexual contra una persona en edad escolar o liceal, reiteradamente en el tiempo, que puede provocar daño, temor o tristeza en la víctima, o en un grupo de víctimas. También se dice que es la ausencia de amor en la familia”. Acotó que “México figura en el primer lugar del mundo en casos de acoso escolar, seguido por Estados Unidos y China, en tanto Uruguay ocupa el puesto 14, teniendo en cuenta que tres de cada diez niños o adolescentes sufren bullying en nuestro país”. Consideró que es una situación que “viene desde hace mucho tiempo. Muchas veces escuchamos decir que siempre existió, y eso es verdad, siempre existió, como también es verdad que hace 50 años se empezó a estudiar en el mundo, y que en Uruguay se ha estudiado muy poco. Muchos chicos están creciendo hoy en un ambiente que no es sano, donde la violencia es la forma de resolver los conflictos, donde la indiferencia y ausencia de los padres es común, donde nunca hay un no, donde hay cero tolerancia”.
Destacó que “la verdad es que muchos chicos en edad escolar o liceal viven hoy un infierno; un infierno que en numerosas ocasiones pasa bajo el silencio de los adultos que muchas veces los ignoran. Cuando hablamos de bullying también tenemos que hablar de suicidio; el bullying constituye una de las primeras causas de suicidio adolescente. Los datos son alarmantes, porque muchos jóvenes, al no tener respuestas, comienzan a caer en depresión, baja autoestima, aislamiento social, factores que suman para llevarlos al extremo del cual no quisiéramos hablar nunca”.
Reflexionó que el 19% de los suicidios en jóvenes uruguayos está provocado por el bullying, el 30% está medicado por causa del acoso y el 70% de acoso en las aulas se da en presencia del docente. “Los padres tenemos la responsabilidad de velar por nuestros hijos, pero ¿qué hacemos si nos encontramos en una situación así? ¿Qué hacemos si planteamos este problema en la institución y nadie nos presta atención? Lo llevamos a la Justicia, pero nuestros hijos siguen conviviendo con sus victimarios, los suspenden una semana ¿y después?”.
Precisó que el 26 % de los niños es víctima de bullying y que el acoso escolar es la principal manifestación de violencia en las instituciones educativas, “pero no todas las agresiones o burlas entre compañeros configuran como tal. Para que la conducta se catalogue como bullying deben darse ciertas características a la vez: un alumno es agredido por uno o varios pares; el hostigador no sostiene la situación de acoso sin esos seguidores que festejan sus actos; está expuesto a las agresiones de forma repetida y mantenida en el tiempo y existe un desequilibrio de fuerzas. De acuerdo a una investigación, se debe insistir en el uso de estrategias concretas en los centros educativos. Juan Carlos Noya, autor de un informe para Unicef, opina que si bien no hay marco normativo general y específico, los centros educativos, escuelas, liceos, deben actuar, son elementos vinculantes entre esos alumnos, y que lo que pasa en las redes tiene un impacto en el aula”. Destacó que “desde el 2017 existe un mapa de ruta; la Dirección General de Educación Inicial y Primaria cuenta con uno desde 2021. Algo se ha hecho, pero la situación es preocupante, por eso se debe insistir en más aportes de los involucrados en el asunto, para lograr bajar esos porcentajes. Es necesario difundir, legislar y capacitar al personal”.

 

 

Fuente: El telégrafo